Even when we went camping my parents would search for the local Catholic church and Mass time, no matter how far we would have to drive, no matter how remote the town. It reinforced the idea that church is not a seasonal affair. Participation is not optional. Christianity is not something you pick up and then drop when it interferes with your vacation or social or sports calendar. As kids we learned a lesson from our parents’ example about prioritizing Mass attendance. What lesson do we teach our children when we abandon church for the summer? What credibility will we have with our children later in life when they are “too busy” or “too tired” to go to church?
As an adult I find the summer season, especially vacation time, a wonderful opportunity to reflect more fully on God's presence in my life and especially in creation. Last week I spent time running, swimming, and sitting in the sun with a good book. I was filled with gratitude for the ocean, sand, and waves. From my brother's beach house on the Gulf of Mexico, I watched a summer storm move in with great gusto. Then, just as quickly, the storm passed and I was caught by surprise by the appearance of a magnificent rainbow. I recalled the biblical significance of the rainbow as a sign of God's promise of hope and mercy—that God will never abandon me even in the midst of life’s most devastating storms. I paused and gave thanks for this midsummer revelation of God’s promise. I thanked God for being with me in good times and bad times, and for my Mom's words so many years ago, "God never takes a vacation from us."
As you plan your vacation or spend time at the beach or pool, pack a prayer book or some spiritual reading along with the sandals and novel. Make time to attend Sunday Mass, and even consider attending daily Mass during your vacation. How about praying the rosary in the car on the way to your destination? Click here for other ways to take God on vacation with you.
We need prayer, especially during the restful days of summer vacation, because the only true place of rest is with God.
Gratitudes de medio verano
Cuando yo estaba en el tercer grado, mi amiga Melinda quien asistía a una iglesia de la comunidad Cristiana, me dijo que su ministro estaba fuera en vacaciones de verano y que ellos no tenían que asistir a los servicios dominicales. Yo pensé que esa era una gran idea. El siguiente domingo, cuando mi mamá me despertó para ir a misa, yo le informé que nosotros no teníamos que ir a Misa durante las vacaciones de verano. Ella rápidamente me contestó, “querida, nosotros somos católicos y vamos a Misa todos los domingos. Nosotros no tomamos vacaciones de Dios, es mas, debemos siempre recordar que Dios nunca toma vacaciones de nosotros”.
Siempre que íbamos de campamento, mis padres buscaban ubicar donde queda la iglesia católica y su horario de misas. No importaba la cantidad de millas que teníamos que viajar al pueblo más remoto, lo que reforzaba la idea de que la Iglesia no era un asunto de temporada. La participación en la Misa no era una opción. La cristiandad no es algo que tu tomas y lo tiras cuando interfiere con tus vacaciones o tu calendario de eventos sociales y deportivos. Desde niños aprendemos la lección de los ejemplos de nuestros padres, que asistir a Misa era prioridad. ¿Cual es el ejemplo que estamos enseñando a nuestros hijos cuando abandonamos la iglesia por el verano? ¿Qué credibilidad tendremos antes nuestros hijos cuando sean grandes, cuando estén “muy ocupados” o “muy cansados” para asistir a la iglesia?
Ahora de adulta yo encuentro la temporada de verano, especialmente el tiempo de vacaciones, como una gran y maravillosa oportunidad para reflexionar con más entereza en la presencia de Dios en mi vida, especialmente en la creación. La semana pasada me fui a correr, a nadar a la playa y me senté bajo el sol a leer un buen libro. Me sentía llena de gratitud hacia Dios y su creación por el mar, la arena y las olas del mar. Desde la casa de verano de mi hermano en el golfo de México, pude observar con gran placer como una tormenta de verano se movía. Entonces, como de repente la tormenta pasó y yo quedé cautivada por la sorpresa de la aparición de un enorme arco iris. Me acorde del significado bíblico del arco iris como un signo de la promesa de esperanza y misericordia de Dios. Con la certeza de que Dios nunca me abandonaría ni siquiera en medio de la mas devastadoras de las tormentas, pause y le di gracias por esta revelación de la promesa de Dios en medio del verano. Le di gracias por estar conmigo en los tiempos buenos y en los tiempos malos, y por las palabras de mi mamá de hace tiempo atrás. “Dios nunca toma vacaciones de nosotros.”
Cuando hagas planes para tus vacaciones o para tomar tiempo para ir a la playa o a la piscina, empaca un libro de oraciones o algún libro con narraciones espirituales con tus sandalias y novelas. Saca el tiempo para asistir a la Misa dominical y de ser posible para asistir a la Misa diaria durante tus vacaciones. ¿Que tal rezar el rosario en camino a tu lugar de destino? Necesitamos oración, especialmente en los días de descanso del verano, por la sencilla razón, de que el único lugar de descanso está con Dios.
Sr. Terry is the Executive Director of RENEW International and a Dominican Sister from Blauvelt, NY.